El Cañonero

En la Plaza Virgen del Mar de Cabo de Palos, en la carretera que sube al Faro, encontramos un pequeño y acogedor restaurante llamado El Cañonero. Sus dueños, Flora Mayol y Antonio Carbonell (también Chef), ofrecen una propuesta diferente a lo que podemos encontrar por la zona, cocina mediterránea con un producto de calidad (comprado por ellos a diario) y un toque personal. El Cañonero ya es un referente en la zona y en temporada de verano conviene reservar con antelación.

La carta de El Cañonero es corta, compuesta por ensaladas, entrantes, pasta del día, carnes, pescados y postres, con dos o tres opciones en cada apartado. Sin embargo, la cambian semanalmente, de forma que no os vais a encontrar lo que pedisteis la semana anterior. Únicamente mantienen su producto estrella, el atún rojo, que preparan apenas marcado y medio crudo, al estilo japonés. La carta de vinos es algo escasa y con precios un poco elevados y tienen buena selección de cervezas, nacionales y de importación. En nuestro caso, tomamos una Sagra, que elaboran en Toledo y tiene un color más rojizo y con mucho cuerpo.

Empezamos pidiendo una "Ensalada de fresas con roquefort", una ensalada refrescante con unas fresas de buen tamaño y sabor, arroz que daba un buen contraste, lechuga y roquefort cortado en dados. Por ponerle un pero, eché en falta un poco más de queso.

De entrantes pedimos el "Secreto de ibérico marinado con aceite de trufa", todo un descubrimiento. Lo elaboran como un carpaccio, crudo y cortado en finas láminas, marinado con sal y aceite de trufa que le da un magnífico sabor, acompañado por virutas de parmesano.

De pescado nos decantamos por el "Mújol al horno con crema de patata asada", aprovechando el buen pescado que llega al puerto de Cabo de Palos. Es uno de los pescados más característicos de la zona, en este caso elaborado al horno, con mucho sabor y en su punto de sal; acompañado de una espuma de patata.

En cuanto a las carnes pedimos un "Taco de vaca gallega". Se podía apreciar bien la buena calidad de la carne gallega, al punto y con sal gorda, acompañado de patatas asadas. Muy bueno pero el precio de 18€ me pareció elevado para la cantidad.

El servicio fue muy correcto, con un tiempo de espera adecuado entre cada plato y una dueña muy atenta con la clientela. En el centro de una ciudad tal vez sería otro restaurante más, pero en este zona en la que predominan los restaurantes de frituras y arroces (muchos de ellos caros y con mal servicio), El Cañonero es una buena opción para poder probar buena comida mediterránea y un producto fresco, con una carta en constante renovación.